Petra Papaya estaba harta de caer y levantarse así que un
día se dejó “caída” y comprobó que en el suelo no se estaba tan mal. Se podía
jugar a las chapas y a las canicas y, además, se veían las cosas de otro modo.
Tanto fue así que fundó la “Cátedra de la perspectiva bajuna” y se dedicó a
explicar y desdramatizar desgracias ajenas desde su “Observatorio de la
desdicha cotidiana”. Su doctrina obtuvo seguidores y alguien llegó a escribir un manual que Petra no leyó nunca. No se hizo rica, pero conoció a mucha gente y vivió hasta los 117 años recitando su máxima de " si te importa, exporta y así te quitas un peso de encima".