sábado, 27 de octubre de 2018

Marisita Genuflexión

Marisita Genuflexión era locutora de radio y se pasaba la vida hablando de los otros, de las cosas que pasaban en el mundo pero no de las que le pasaban a ella. Le daba mucha envidia ver como el famoseo se había hecho a sí mismo contando sus propias desdichas y alegrías, a ella no le había pasado nunca eso: nunca había podido contar su día a día, sus cuitas ni sus anécdotas, porque no le interesaban a nadie. A ella se la asociaba con la Agencia Efe y no con su propia idosincrasia de mujer simple que gustaba de la plática insulsa, como a casi todo el mundo. El discurso profesional de Marisita era demasiado denso para incluirla en los programas frívolos que a ella le chiflaban. Pero un día tuvo la idea genial que le permitió desarrollar su banal verborrea: iría al ambulatorio sin cita previa y así podría hablar con quien fuera estuviera allí esperando ser recibido por el servicio médico. Su víctima no tendría escapatoria y encima la reposición estaba garantizada.
Marisita diseñó su estrategia y comenzó a ir a la Seguridad Social cada vez que se hartaba de dar noticias importantes para el mundo, algo que le ocurría todas las semanas. Este respiro le duró hasta que los pacientes del consultorio médico empezaron a sanar por la terapia prepararatoria que hacía Marisita sin pretenderlo: llegaban tan cansados ante su médico que se sentían sanos y no recordaban qué era lo que les había traido hasta allí. Las listas de espera pasaron a ser historia y la Seguridad Social registró superávit gracias a la costumbre que Marisita había instaurado en las antesalas médicas de todo el pais. Multitud de personas con ganas de hablar de cualquier cosa se apuntaron a escuchar y charlar con los pacientes de los ambulatorios que, tras pegar la hebra durante horas, dejaban de serlo.
Marisita Geniflexión fue noticia sin quererlo y consiguió hablar de sí misma en su programa de radio.
A veces la carencia nos dirige al escenario más grato....

En la foto Maruja Venegas 103 años locutora de radio en Perú y muy amiga de Marisita Genuflexión. Desde aquí declaro mi amor y mi gratitud a la Radio por tantas horas de compañía y mensaje.



domingo, 21 de octubre de 2018

Cirilo Corneta

Cirilo Corneta descubrió al amor de su vida por casualidad en una camelia. Después de la camelia vinieron las rosas, las margaritas, las glicíneas, los cipreses, los setos de boj...y así se convirtió en jardinero. Como sabía conjugar tan bien el amor con la naturaleza llegó a ser un afamado paisajista al que le llovían los encargos. Cirilo era tan feliz dedicándose a sembrar flores que revirtió el cambio climático en un pueblo de Cantabria, que luego se extendió a la región y al pais entero. Los científicos no consiguieron averiguar cual era la causa de esta mejora ambiental. Cirilo, a la par que hacía crecer flores por doquier, conseguía resucitar la ilusión de las personas que se habían quedado solas en el mundo, que eran muchas. Las personas mayores recuperaron las ganas de vivir y con ellas la pasión por cualquier cosa. La expectativa de vida aumentó un 25% en un tiempo record gracias a Cirilo que había conseguido matar dos pájaros de un tiro, aunque él de este segundo efecto no tenía ni idea porque ya era feliz con su regadera. Nuestro jardinero gozaba tanto en un invernadero como el tío Gilito en su almacen de dinero o Trump en un campo de tiro; pero nada dura para siempre, Cirilo murió tragado por una planta carnívora gigante que un inspector de la Seguridad Social le envió a su casa. Según él Cirilo estaba destrozando la caja de las pensiones y con ella el estado del bienestar.
Afortunadamente los jardines de Cirilo siguieron creciendo y nada pudo detenerlos. Los gobiernos del mundo entero tuvieron que destinar el gasto en defensa a pensiones porque la gente vivía mucho más de lo esperado. Cirilo envió un semillero a la "Rifle Association" y esta cerró. Trump se fue a vivir "Lego land" y el tío Gilito, sensibilizado por el efecto Cirilo, invirtió su almacen en la bodega de simientes de Noruega.

Cirilo hizo del mundo un buen sitio para vivir.

Dedicado a Javier Álvarez de Eulate, artista, hacedor de jardines y creador de paisaje.

En la foto, camelia y un señor que se parece a Cirilo