Filomena, ávida lectora del “Requeteinteresante” creía en la existencia de gemelos para todos y cada uno de los habitantes de la tierra. Durante la pandemia después de ojear los álbumes de la familia, decidió que buscaría a los gemelos de sus ascendientes desaparecidos. Filomena, mujer de misiones, dio con todos ellos a través de las redes sociales en sitios tan dispares como Moscú, Baltimore, Valdepeñas, Roquefort y Río de Janeiro y les convenció de que eran familia. Todos ellos, curiosos y dispuestos a cualquier cosa después del encierro mundial, prometieron viajar a su encuentro en Las Palmas de Gran Canaria.
En el día de la reunión Filomena estaba exultante: “había conseguido reunir a toda su parentela de los siglos XX y XXI” y para presumir de gran familia los llevó a todos de paseo. Sus vecinos, atónitos, le pidieron que hiciera lo mismo con sus seres queridos desaparecidos y Filomena, que no era tonta, abrió un despacho de resurrecciones.
Filomena consiguió una sección fija en el “Requeteinteresante” porque sus descendientes continuaron la tradición de encontrarle reemplazo en este amplio mundo nuestro.
Si es que, por mucho que dure el encierro, no estamos solos.
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