sábado, 30 de mayo de 2020

Historias desde el encierro (XI)


Cuentan que durante el encierro Astolfo y su hijo, en la buhardilla en la que vivían, subsistieron a base del alpiste que los vecinos echaban  a las palomas desde las ventanas. Lo hacían dejando caer una sábana de madrugada que luego recogían con el alpiste que había quedado dentro. Cuando el miedo empezó a amainar dejaron su ventanuco abierto más tiempo del acostumbrado y las palomas, avispadas, entraron a buscar el alpiste que les habían robado. Como lo hicieron en tropel y sin orden ni concierto a arramblar con cualquier cosa, acabaron picoteando al padre y al hijo en 24 horas de cruzada aviar.

Era alpiste lo que había en el interior.

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