En cien años una de las manos humanas se habrá convertido en
teléfono móvil; se perderán la mitad de las caricias y los abrazos ya no serán
lo mismo. No se podrá aplaudir ni remar, no podremos nadar, la mitad de los
guantes de la tierra no servirán para nada, desaparecerán los músicos y su
música, no se jugará al “corro de la
patata” ni se bailarán sardanas (lo digo por lo que está pasando), la artesanía
manual se extinguirá, no se podrán hacer croquetas con una cuchara, los jardineros irán despacito, los ambidiestros dejarán
de serlo y los pintores no podrán sostener su paleta. El otro gran perjudicado, aparte de la humanidad, será
Apple (que se habrá comido a la competencia y será la marca blanca mundial) que
solo podrá vender fundas…
Tendremos todo y nada a mano.©
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