Era mujer de fácil querer que lo daba todo sin plantearse si
el “querido”, merecía serlo. Imaginaba
amoríos que se le arraigaban al
alma como en un mal sueño. No buscaba correspondencia, solo entrega, hasta que conoció al poeta ciego que, loco
por sus suspiros, la amó sin necesitar verla.©
No hay comentarios:
Publicar un comentario